La baja visión.
Desde la Asociación queremos poner en el mapa y dar a conocer al colectivo de baja visión.
¿Cómo se siente una persona que no es ciega pero que tampoco ve bien? La baja visión es una limitación funcional producida por la disminución de la agudeza y/o del campo visual.
Según la OMS, la baja visión es “la disminución de las funciones visuales incluso tras un tratamiento y/o corrección refractiva convencional, y cuya agudeza visual es inferior a 6/18 (0,3 decimal) en el mejor ojo con la mejor corrección posible o cuyo campo visual es inferior a 10º desde el punto de fijación, pero que usa o podría usar la visión para planificar y/o ejecutar una tarea».
Generalmente, la baja visión viene producida por enfermedades degenerativas del sistema visual, sean enfermedades relacionadas con la retina, el nervio óptico, neurológicas, etc.
El grupo B2, el grupo de Baja Visión es el grupo más difícil de ser entendido socialmente.
Porque no son ciegos y tropiezan, porque no son ciegos, y no ven las caras, porque no son ciegos y la claridad les mata, porque no son ciegos y tienen un grado de discapacidad superior al 65% que no les deja ver con nitidez y hace que las relaciones con los demás sean muchas veces duras, por su incompresión ya que, aparentemente están bien y la gente piensa que no tienes problemas visuales.
Las personas con baja visión tienen que dar muchas explicaciones a lo largo del día y es por esto por lo que hay que dar a conocer esta situación para que sea comprendida socialmente.
El acceso a la información, a la cultura, a la formación y a servicios psico-sociales especializados están muy limitados, por desconocimiento y, sobre todo, por falta de formación y apoyos específicos en el manejo de instrumentos de cierta complejidad técnica.
El acceso a recursos que tienen que ver con la movilidad y desplazamiento también es desigual.
Se necesitan además entornos formativos y de relación con personas con baja visión para que la sociedad sepa cómo dirigirse, acompañar y comunicarse con estas personas.